Jardín Botánico
UN SECRETO PARA LOS VIAJEROS
Pensando en qué escribir me di cuenta de mis visitas, bastante recurrentes, por cierto, al llamado Jardín Botánico de Soto de Sajambre.
Ha resultado ser todo un descubrimiento en mis ratos de solitario paseo, de retiro o de pensamiento, pero también es un lugar para ir compañía, incluso con los más pequeños ya que descubren diferentes variedades de árboles, los abrazan, imaginan duendes y hadas y encuentran con sus miradas observadoras diferentes tipos de hojas, bichos… y los frutos que caen al suelo les sirven para inventarse un juego. Ante el déficit de naturaleza que sufren hoy en día nuestros pequeños, es un lugar ideal para intentar recuperar esa necesaria conexión.Más tarde me encontré enseñándolo como si de un gran secreto se tratara, ya que carece de indicación y los viajeros al encontrarse con este gran hallazgo en medio del verdor que se ve desde el pueblo, todos se sorprenden.
Se trata de un lugar silencioso, pero a la vez ruidoso.
Puedes sentarte en uno de sus bancos, a leer un libro, a respirar aire puro o simplemente descansar, pero el murmullo de un pueblo vivo te acompaña en tu momento, pero sin molestar: suena la campana, pasa alguien conversando en su paseo diario, un perro ladra, los pájaros cantan… pero todo te envuelve y te llena de tranquilidad.
El lugar que, en su origen, allá por 1909 fue el Coto Escolar Martino Noriega, es hoy otra razón para conocer este maravilloso pueblo.
El gran proyecto educativo de la Escuela de Soto lleva además a fomentar en los escolares el amor por la naturaleza, la conservación y la promoción, dentro del entorno privilegiado en el que vivían, valores tan en boga en la actualidad promovidos ya entonces con la Fiesta del Árbol, donde los niñ@s plantaban árboles y posteriormente se encargaban de su cuidado y que se celebró durante las cinco primeras décadas del siglo XX.
Sorprende encontrarse con ejemplares desconocidos por nuestra ubicación como pueden ser el pino, la tuya o el cedro.
Os dejo unas fotografías de los accesos, ya que tiene dos, para que podáis disfrutar también de este secreto.
ACCESO 1: Tras pasar la iglesia y llegar al puente que pasa sobre el río cogeremos un desvío que hay a la derecha, caminando unos metros y dejando a nuestra derecha la iglesia, la fábrica de la luz y un poco más arriba al cementerio, giraremos de nuevo esta vez a nuestra izquierda y tras subir una pequeña cuesta nos encontraremos con el cercado del jardín y una de las puertas de acceso.
ACCESO 2: Otro camino nos conduciría hasta el final de pueblo, llegando a la plaza y tras pasar la bolera nos encontraremos con la llamada “Casa de los Tiros” (llamada así por los impactos de bala que conserva en su fachada, recuerdos de la Guerra Civil), girando a la derecha subiremos un rato por la pista que nos lleva a Vegabaño hasta encontrarnos de nuevo, no muy lejos, con el cercado y otra de sus puertas de acceso.
Si tienes el privilegio de venir a conocerlo cierra las puertas tanto al llegar como al marchar y déjalo como lo encontraste, para que todo el mundo pueda disfrutarlo.
Y para terminar me gustaría hacer mención a la Asociación Félix de Martino, que fue quien inició su recuperación en 2009, poniéndolo de nuevo en valor y sin duda que es otro referente cultural del Valle de Sajambre.